lunes, 4 de abril de 2011

24 de marzo Día de la MEMORIA. Leímos la nota sobre Azucena Villaflor.


Nota del diario Tiempo Argentino
http://tiempo.elargentino.com/notas/les-gano-resistiendose























Federico y Nathaly buscaron datos sobre este tema:


Detenidos-Desaparecidos el 5 y 6 de julio de 1977

La familia Hernández Hobbas era una familia uruguaya que se había radicado en Argentina desde hace tiempo. Los padres, Nelson Hernández Silva y Lourdes Hobbas Beluscei de Hernández tenían cuatro hijos: Beatriz, de 16 años, Washington, de 15 años, Esteban y Andrea, de cuatro años.
Nelson Hernandez En noviembre de 1974 Nelson Hernández Silva fue detenido en la República Argentina y puesto a disposición del Poder Ejecutivo Nacional. Fue liberado en mayo de 1977, trasladándose a España en noviembre de ese mismo año. En 1994 murió en París, donde estaba exiliado.
Lourdes Hobbas fue secuestrada en la vía pública en San Fernando por un grupo de hombres armados y de civil el 5 de julio de 1977 quedando sus 4 hijos con amigos.
Beatriz Hernández Hobbas, la mayor de los hermanos, fue secuestrada en la pizzería Focaccia de la localidad de Munro (Provincia de Buenos Aires), a el 5 de julio de 1977. Fue llevada viva, y no se supo más de ella.
Después de ser secuestradas Lourdes y Beatriz, Washington Hernández Hobbas quedó con otra familia. Ese, su nuevo domicilio, también fue allanado el 6 de julio de 1977. Cerca de las 17 horas irrumpió en la casa un grupo de hombres de civil, fuertemente armados, y luego de inspeccionar todo, se llevaron a 3 mujeres y a Washington Fernando.
Fernando fue visto en dos oportunidades más; en ambas fue puesto como señuelo para capturar a otras personas. Era usado para denunciar las posibles casas donde sus padres se reunían con amigos, o para que lo fueran a buscar sus amigos, tendiéndoles una emboscada. Hasta el día de hoy no hay noticias ciertas sobre su paradero, permanece detenido-desaparecido.
Andrea Andrea Andrea Hernández Hobbas, de 5 años, luego del secuestro de su madre y de sus hermanos Beatriz y Washington, quedó a cargo de compañeros de militancia de su madre, quienes, para preservarla de la persecución que sufrían, la dejaron al cuidado de una persona conocida, en la zona de Beccar (Provincia de Buenos Aires). Posteriormente, fue imposible establecer la identidad y paradero de esta familia.
Andrea, finalmente, se acercó en 1998 a Abuelas de Plaza de Mayo porque sospechaba ser hija de desaparecidos, y en 1999 recuperó su identidad, econtrándose con Esteban, el cuarto hermano, que vive en Montevideo, quien no había sido secuestrado por no encontrarse en su domicilio en el momento de los allanamientos.
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Francisco y Abel Madariaga compartieron la historia de su búsqueda con la comunidad

Conferencia  por el Día de la Memoria
El 101º nieto recuperado por Abuelas de Plaza de Mayo y su padre brindaron una conferencia en la que hablaron de su búsqueda mutua durante más de 30 años, el reencuentro, la lucha por la identidad y la  importancia de  difundir para que “esto no vuelva a suceder” 
“Nací en cautiverio en Campo de Mayo, en 1977. Mi madre era médica  cirujana, montonera de la zona norte, y la  secuestraron. A mi me robaron unos militares, me criaron toda la infancia con mucha violencia y a los 20 años las dudas eran cada vez más por las vivencias, por la difusión de Abuelas, y por saber lo que había pasado en el país. Yo me acerqué a Abuelas y pude conocer mi identidad, que es lo más grande que uno puede tener. Sin eso no  podés formar una familia, no podés hacer nada”.
El relato estremecedor surge sin odio ni rencor de la boca de Francisco Madariaga, el 101º nieto recuperado por  la Abuelas de Plaza de Mayo, quién  brindó hoy una conferencia  junto a su padre, Abel Madariaga, secretario general de esta Asociación, invitado por la Universidad Nacional de la Patagonia Austral en el marco de las actividades por el Día de  la Memoria, por la Verdad y la Justicia.
En declaraciones  a la prensa previas a la  charla que  ofrecieron juntos en el Auditorio de  la Secretaría de Turismo,  Francisco Madariaga reconoció que su caso, resuelto a comienzos de 2010 es  especial: “Dentro de la tristeza que son la mayoría de las historias, que muchos jóvenes no encuentran a nadie vivo, y a veces a esta altura ni a sus abuelas, encontrar a tu padre vivo y que te  pueda contar la historia es un regalo de la vida”.
El joven comentó que  si bien las dudas terminaron de cristalizar a los 20 años,  tuvo una infancia y una adolescencia en las que  su  afición por el malabarismo y  su compromiso  social no cuajaban con  las costumbres y la forma de pensar de sus apropiadores. “Todo el tiempo me preguntaba de donde me veían esas cosas y hoy encontrar la  lucha que  tuvieron Abel y Silvia (su madre)  me va llenando ese vacío”,  explicó.
Francisco se recuerda “reacio a lo que la familia de apropiadores te va queriendo inculcar” y con “la sensación de que  le faltaba algo a mi vida, que era ni más ni menos que tener mi propia identidad”.
De manera casi inconsciente,  fue durante la adolescencia  participando en  distintas actividades culturales que  generaba Abuelas de Plaza de Mayo, sin saber que  años después encontraría en esta entidad “la verdad”.
Hoy junto a su verdadero padre – de  notable parecido- , y en proceso  judicial contra sus apropiadores  Francisco dijo que lo más importante “es la difusión de todo esto, para seguir encontrando a los nietos que faltan aparecer”.
Consideró también que es indispensable “saber lo que pasó en la historia del país, en la dictadura, que fue lo más oscuro del último tiempo en la Argentina, más que nada para que no vuelvas a suceder, porque ha hecho mucho daño esta gente”.
“Esto no terminó. Falta mucho por hacer y hay mucha gente que tiene que pagar lo que hizo”, expresó finalmente.
Un agujero en el alma
Por su parte, Abel Madariaga,  padre de Francisco y  secretario general de Abuelas de Plaza de Mayo – Asociación a la que se sumó con el retorno de la Democracia y luego de un duro exilio en Suecia-  contó que el vacío  que le generaba la  falta de su hijo  “es algo imposible de explicar, porque era como tener un agujero en el alma”.
“El día que me vinieron a buscar para informarme que habían encontrado a mi hijo yo estaba de vacaciones y no lo podía creer. Estaba a 124 kilómetros de la capital, y cuando lo encontré,  que somos idénticos, que es idéntico a mi papá, que es igual al cuerpo de su mamá, fue como  si ese agujero se tapara de golpe”,  expresó Abel quien  se definió a si mismo como “el ganador más  grande que hay en el mundo”.
Desde su rol institucional,  Madariaga  padre  sostuvo que “la tarea de memoria y búsqueda de chicos continúa, porque todavía falta encontrar casi 200”. En tal sentido, consideró que “a corto plazo se van a dar muchos logros, por toda una  estrategia de investigación y porque la labor de Abuelas es impresionante”.
“En  todo el país  hubo represión ilegal. Todo el mundo ha perdido su identidad, pero además hemos perdido la identidad como  Nación; no solamente nuestros hijos, que fueron un botín de guerra, sino todos, y eso es   lo que hay que reconstruir con la juventud”, agregó Abel, quién consideró que “lo menos que podemos hacer es  mantener la memoria y contar lo que ocurrió en el país para  no olvidar y para que esto no se repita”.
http://www.unpa.edu.ar/node/1827

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mejor respuesta - Elegida por la comunidad

A mí me mandaron a leer ese cuento cuando estaba en noveno. Es una lectura algo complicada, yo creo que lo fantástico de este relato es la vacilación en la cual se mantiene al lector, se crea una incertiumbre ya que no es posible explicar los hechos desde un punto de vista lógico. El texto aborda la historia de un hombre (Martín Gaido) a quien le han asesinado al hermano y él jura vengarse del asesino y emprende una búsqueda que dura años para consumar la venganza. Pero llega un momento en la historia en donde (al lector nunca nos queda claro por qué) Gaido desiste de su plan justo cuando está por llevarlo a cabo y vuelve a su barrio por las calles porteñas. Es entonces cuando se nos revela una verdad que confunde aún más: el narrador de la historia cuenta que Gaido se acerca por las calles, preparado para encontrarlo a él y matarlo (con lo cual da a entender que él es verdaderamente el asesino del hermano de Gaido)

Comentario encontrado por Belen y Nataly